Por Mtra. Susana Salazar Gómora
Las fiestas navideñas a veces no son sinónimo de felicidad y diversión. En ocasiones entregan nostalgia y tristeza lo cual puede anteceder a la depresión. Y algunos adolescentes pueden manifestarla durante la próxima temporada decembrina. Es necesario recordar que los jóvenes viven intensamente sus emociones, por lo cual puede ser presa fácil de la llamada depresión navideña y de Fin de Año.
¿Cuáles son los motivos para que un adolescente se deprima?
-Padres divorciados. Los adolescentes desean tener a sus padres juntos como en antaño, y al ver que no sucederá más puede provocar una caída en su estado de ánimo. Se manifiesta indirectamente con agresiones, enojo, frustración e indiferencia por las festividades que antes los hacían felices.
-Navidad sin amigos. En estas fechas no están presentes muchos de los mejores amigos de los hijos adolescentes. Es que las amistades son fundamentales para los ellos. Al estar sin su grupo de mejores amigos, puede sentirse solos y abandonados.
-¡Mucho frío! Está comprobado que al haber menos luz solar en invierno los seres humanos tienden más a padecer depresión. En los adolescentes esto se agudiza. También pueden alterarse sus ciclos de actividad y tener más momentos de ocio: si la personalidad del adolescente es depresiva, puede agudizarse en esta época.
-Fiestas día y noche. El aumento del consumo del alcohol, las fiestas y constantes develadas agudizan los estados de ánimo: se va de la euforia a la depresión y si hay una “cruda” de por medio, la situación puede empeorar.
-La vida adulta se acerca. Termina un año y eso significa que ellos también cumplen un año más de vida y por ende la vida adulta está más cercana. El adolescente teme convertirse en adulto por las responsabilidades y decisiones que deberá asumir.
-Mayor interacción con los padres. En estas fechas el adolescente interactúa más tiempo con los padres, lo cual puede generar discusiones constantes y con ello provocar la sensación de tristeza al no poder llevarse bien con sus padres y sentirlos lejanos.
-El ocio. Duermen más y si no tienen nada qué hacer, como consecuencia pueden deprimirse.
¿Cómo sé que mi hijo está deprimido? (recuadro)
– Alteraciones del sueño. Cambios en el sueño: es una de las primeras evidencias físicas de la depresión. Un adolescente que apenas duerme o que pasa horas en la cama puede estar sufriendo un episodio depresivo.
-Pérdida de interés en las actividades que antes les encantaban. Que un adolescente deje de disfrutar sus hobbies es preocupante. Es señal de un trastorno depresivo.
-Lejanía de los amigos. Buscan estar solos y, muestran desinterés por los amigos que eran inseparables.
-Comportamientos violentos. Irritabilidad y tristeza son sentimientos característicos de la depresión. Los arranques de ira surgen sin causa aparente.
-Auto-reproches. Constantes comentarios auto-despectivos, lo cual manifiesta la baja autoestima de los jóvenes.
-Pensamientos suicidas. Ideas centradas en la muerte son la prueba definitiva de que el adolescente está sufriendo depresión.
Si observas en tu hijo algunas de las señales de alerta y sospechas que está deprimido, CEEPI cuenta con especialistas de adolescente quienes te orientan. Además de ayudar a tu hijo para superar la depresión y recuperar el gusto por las actividades. Recuerda que la depresión se manifiesta en conductas pasivas o su contrario, acciones de mucha energía. Puedes contactarnos al 63-85-30-06
¿Sabías qué…?
La situación depresiva se presenta con mayor frecuencia en adolescentes y niños entre los 7 y 13 años de edad.
Por Mtra. Susana Salazar Gómora
Las fiestas navideñas a veces no son sinónimo de felicidad y diversión. En ocasiones entregan nostalgia y tristeza lo cual puede anteceder a la depresión. Y algunos adolescentes pueden manifestarla durante la próxima temporada decembrina. Es necesario recordar que los jóvenes viven intensamente sus emociones, por lo cual puede ser presa fácil de la llamada depresión navideña y de Fin de Año.
¿Cuáles son los motivos para que un adolescente se deprima?
-Padres divorciados. Los adolescentes desean tener a sus padres juntos como en antaño, y al ver que no sucederá más puede provocar una caída en su estado de ánimo. Se manifiesta indirectamente con agresiones, enojo, frustración e indiferencia por las festividades que antes los hacían felices.
-Navidad sin amigos. En estas fechas no están presentes muchos de los mejores amigos de los hijos adolescentes. Es que las amistades son fundamentales para los ellos. Al estar sin su grupo de mejores amigos, puede sentirse solos y abandonados.
-¡Mucho frío! Está comprobado que al haber menos luz solar en invierno los seres humanos tienden más a padecer depresión. En los adolescentes esto se agudiza. También pueden alterarse sus ciclos de actividad y tener más momentos de ocio: si la personalidad del adolescente es depresiva, puede agudizarse en esta época.
-Fiestas día y noche. El aumento del consumo del alcohol, las fiestas y constantes develadas agudizan los estados de ánimo: se va de la euforia a la depresión y si hay una “cruda” de por medio, la situación puede empeorar.
-La vida adulta se acerca. Termina un año y eso significa que ellos también cumplen un año más de vida y por ende la vida adulta está más cercana. El adolescente teme convertirse en adulto por las responsabilidades y decisiones que deberá asumir.
-Mayor interacción con los padres. En estas fechas el adolescente interactúa más tiempo con los padres, lo cual puede generar discusiones constantes y con ello provocar la sensación de tristeza al no poder llevarse bien con sus padres y sentirlos lejanos.
-El ocio. Duermen más y si no tienen nada qué hacer, como consecuencia pueden deprimirse.
¿Cómo sé que mi hijo está deprimido? (recuadro)
– Alteraciones del sueño. Cambios en el sueño: es una de las primeras evidencias físicas de la depresión. Un adolescente que apenas duerme o que pasa horas en la cama puede estar sufriendo un episodio depresivo.
-Pérdida de interés en las actividades que antes les encantaban. Que un adolescente deje de disfrutar sus hobbies es preocupante. Es señal de un trastorno depresivo.
-Lejanía de los amigos. Buscan estar solos y, muestran desinterés por los amigos que eran inseparables.
-Comportamientos violentos. Irritabilidad y tristeza son sentimientos característicos de la depresión. Los arranques de ira surgen sin causa aparente.
-Auto-reproches. Constantes comentarios auto-despectivos, lo cual manifiesta la baja autoestima de los jóvenes.
-Pensamientos suicidas. Ideas centradas en la muerte son la prueba definitiva de que el adolescente está sufriendo depresión.
Si observas en tu hijo algunas de las señales de alerta y sospechas que está deprimido, CEEPI cuenta con especialistas de adolescente quienes te orientan. Además de ayudar a tu hijo para superar la depresión y recuperar el gusto por las actividades. Recuerda que la depresión se manifiesta en conductas pasivas o su contrario, acciones de mucha energía. Puedes contactarnos al 63-85-30-06
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Jóvenes entre 15 y 24 años, ocupan el primer lugar en el sector vulnerable para el suicidio