- La relajación de las reglas hace que los jóvenes se sientan liberados y realizan cosas que no harían en otra época del año.
- En el verano puede haber excesos con los consabidos riesgos.
- Los jóvenes que no se vinculan afectivamente con sus padres, los más vulnerables.
- CEEPI aborda el tema.
Durante el verano hay un aumento en la actividad sexual entre los adolescentes. Lo anterior obedece principalmente a la relajación de las reglas: los padres controlan menos a los hijos porque no hay obligación por cumplir en horarios ni estudios, y en consecuencia, los jóvenes se siente liberados porque el tiempo libre es mayor. También inciden otros factores de tipo climático (hay más luz solar, más calor y más humedad, elementos que modifican los ritmos hormonales y producen una mayor estimulación sexual). En esta época se intensifican las actividades grupales entre los adolescentes: lo más importante son los amigos y eso los lleva a realizar cosas que no harían en otra temporada del año. Por un lado hay diversión y por qué no, aprendizaje de vida, pero de igual modo muchos riesgos y el sexo no es la excepción.
Durante los días veraniegos se presenta menos inhibición y por ende, se intensifica la búsqueda de la satisfacción inmediata en todos los sentidos. No sólo es el sexo. Aquí vienen las prácticas y los riesgos colaterales, como el abuso del alcohol y el uso de las drogas. Sabemos que en esta época hay más accidentes derivados de ello. Esto conlleva a riesgos que van desde embarazos no deseados, abuso de anticonceptivos (como la píldora del día siguiente), enfermedades de transmisión sexual e incluso a violaciones – abuso sexual.
En CEEPI hemos detectado que los jóvenes más vulnerables son aquellos que sus padres no se vinculan de forma afectiva con ellos. No tienen comunicación con sus papás; se sienten solos y poco valorados. Entonces recurren a los grupos de amigos para obtener cariño o se van al otro extremo: tampoco se vinculan con los otros jóvenes y lo único que desean es obtener placer (sexual) con todos los riesgos que puede acarrea.
Basada en la experiencia de la Clínica CEEPI te damos a conocer algunas recomendaciones para Padres de Familia:
- Aunque son vacaciones debe haber reglas y todos deben respetarlas.
- El hogar no es un hotel donde cada uno entra a la hora que quiere: debe haber horarios.
- Los padres deben darle a los hijos contención y una buena manera es decirle “no” cuando se sabe que están en riesgo.
- Los problemas entre padres y adolescentes se pueden recrudecer en vacaciones de verano.
- Realizar actividades familiares donde verdaderamente haya convivencia e incluso invitar, en ocasiones, a los mejores amigos de los hijos.
- “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Es indispensable que los padres conozcan a las amistades de sus hijos. Es la pauta para saber en qué pasos andan.
- Habla de sexo. Es necesario platicar de los riesgos de tener relaciones sexuales y de la responsabilidad que conlleva.